Estuvimos 4 noches, dos de esas noches, jueves y sábado, el hotel tuvo eventos, bodas creo, y el sonido es muy fuerte, estruendoso, los cristales de nuestras habitaciones vibraban con el ritmo de las cumbias, muy desagradable. Las opciones de comida son pocas, el restaurante de la playa no se da abasto, las papas fritas saben a aceite reciclado, poco personal, alimentos muy caros para la calidad que ofrecen. El desayuno aunque buffet es muy caro también, pocas opciones, el pan muy feo, los platillos ordinarios. En realidad es un hotel con una ubicación magnífica en cuanto a la playa, aunque de oleaje fuerte, yo evitaría comer ahí, los cuartos aunque renovados no pueden ocultar su edad.