El hotel está bien, limpio, cuidado, estéticamente bonito. La cama no terminaba de encontrarme cómoda, la habitación que me tocó era justa en espacio, cama, 2 mesitas, escritorio y silla, y una estructura abierta con perchas para la ropa. Para una persona bien, pero para 2 personas... Muy estrecho todo. El desayuno si no lo tienes incluido es entre 8€ tostadas de pan con tomate+café+zumo y 12€ el resto un poco mas contundentes cómo huevos con beicon. Se encuentra cerca del centro pero en límite de este. No tiene parking pero hay uno público enfrente bastante cerca.
Tanto el check in como el check on tiene que ser de forma digital, así con entrar y salir del hotel y la entrada a la habitación igual. Todo lo tienes en un correo electrónico "llaves virtuales" aunque si quieres dispones de una tarjeta. Soy boomer y esto no dejaba de hacerme sentir bastante desconfianza. Por lo demás es un hotel aceptable.