La habitación olía raro, no teníamos claro si era olor a cocina o de la moqueta; en cualquier caso, era muy desagradable y teníamos que ventilar continuamente. No dejaron agua de cortesía como en la mayoría de hoteles de 4 estrellas, la cama doble consistía en dos colchones juntos y las sábanas estaban agujereadas y cosidas. Con respecto a la limpieza, era deficiente, especialmente en las ventanas (con alguna araña que otra dentro de la habitación) y en el toallero (que no funcionaba, al igual que la papelera). En general, muy decepcionada con este hotel, ya que lo único que merecen sus 4 estrellas es el entorno y el restaurante, tanto en lo que a la calidad de sus platos se refiere como al servicio.