El Canimao es un lugar de falsas apariencias.
La habitación estaba en condiciones deplorables. Los muebles caídos, hongos en las paredes, cortinas sucias y oscuras, un olor raro. Parecía que no se usaba en mucho tiempo. En la aplicación no hay fotos de las habitaciones y es por una razón: Para empezar, hay dos tipos de habitaciones, las que están decentes, que son muy pocas, y las que están en mal estado, que es a donde nos mandaron.
La taza del baño no servía. Cuando nos bañamos todo el piso se inundó. Las camas no estaban cómodas y las almohadas menos. Cuando cayó la noche empezaron a picarnos los mosquitos porque las ventanas no cerraban, eran más bien unas rendijas. Para coronar la noche, salieron las cucarachas, que se escondían abajo de los muebles. Tuvimos que ir a la recepción a la 1 de la mañana para pedir un cambio de habitación. Esperamos un buen rato a que nos atendieran, estábamos muy cansados y molestos. Finalmente nos pasaron a otra donde sólo encontramos un grillo. Estaba un poco mejor.
Hay mucha negligencia en el hotel.
El área de comida estaba sucia: tanto los manteles como los trastes, que parecía que llevaban semanas sobre las mesas. Hubo un día con buffet para desayunar donde había muy pocas opciones y malas. El huevo estaba verde y el cereal duro y rancio.
La alberca no estaba funcionando.
La ubicación no es muy buena para moverse.
No lo recomiendo para nada.